Los topónimos que incorporan este sufijo son abundantes por todo el territorio donde la lengua guasquense se habló en algún momento: en Navarra encotramos Esquiroz ; en Gascuña topónimos como Urdós, Benós; en el valle de Arán Tredós, Arrós; y un topónimo muy repetido en Gascuña, en Ariège e incluso en el Pallars catalán es Alós.
Sobre el significado de este sufijo hay diversas versiones pero nosotros nos inclinamos por la más evidente: Esquiroz sin lugar a dudas viene de Eskirotze y significa paraje lleno de ardillas (del guasquense eskir=ardilla). Urdós (de un posible Urdotze, del proto-vascuence común "ur"=agua) significaría un paraje con abundantes acuíferos. Benós claramente de Benotze, en guasquense central "Uenotze"=ventoso. Tredós podría venir de Tretotze, donde la segunda "t" por disimilación o sonorización se convierte en "d", del latín "tractossu" aplicado a lugares de montaña donde los circos glaciares arrastran la grava hacia el valle. Arrós seguramente de "Ardotze" lugar de vino. En cuanto al topónimo Alós es fácilmente explicable por el antiguo guasquense "al(t)" moderno "nalt". Dicho topónimo se aplica frecuentemente por toda el área lingüística del guasquense a aquellos lugares elevados a los que conduce un camino que no es de paso. A veces incluso encontramos dos poblaciones que forman un doblete toponímico en donde la situada a más altura incorpora el topónimo Alotze y la inferior no: Isil y Alós de Isil.
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